Lawrence Kohlberg.
Lawrence Kohlberg quien asume el carácter cognitivo del enfoque constructivista del aprendizaje moral. Este autor elaboro una teoría cognitivo evolutiva de la moral, tratando de explicar: cómo se desarrollan las etapas del juicio moral a partir de la interacción del individuo y su medio ambiente; cómo un individuo pasa de una etapa a la siguiente y porqué algunas personas se desarrollan más que otras.
Constituye un intento de explicar la moralidad como construcción de principios morales autónomos por parte de cada individuo. Este enfoque acepta que las estructuras cognitivas que están en la base del juicio moral no pueden explicarse como consecuencia de un proceso de maduración de carácter innato.
Por su parte el constructivismo, pone el acento en la persona como un ser activo, que construye su realidad. Así el constructivismo de las teorías cognitivas del juicio moral, se enmarca en el realismo crítico.
Kohlberg señala que el desarrollo moral es el incremento en la interiorización de las reglas culturales básicas y este incremento es entendido desde el planteamiento cognitivo del desarrollo en estadios, en el cual se menciona que las estructuras de los estadios superiores reintegran a las estructuras elaboradas en estadios inferiores (Romo, 2004). El desarrollo moral consiste en el avance o movimiento progreivo hacia estadios superiores (Kholberg, 1992).
Kohlberg (1976), plantea que uno, no puede seguir principios morales si no los comprende o no creen ellos. De igual manera, utiliza el concepto de “juicio moral”, entendiéndolo como un modo de evaluación prescriptiva de lo bueno y de lo recto (Hersh, Reimer y Paolito, 1984). Es decir es el tipo de juicio que se hace sobre lo bueno y lo justo de una acción (Kholberg, 1974, citado por barba, 2002).
Palomo (1989) señala que el juicio moral es considerado como un proceso cognitivo que nos permite reflexionar sobre nuestros propios valores y ordenarlos en una jerarquía.
La raíz del juicio moral es la habilidad de ver las cosas en la perspectiva del otro, siendo considerado por el autor, junto con el desarrollo cognitivo como condición necesaria para el desarrollo moral como intermediario entre las capacidades cognitivas y el nivel alcanzado en este desarrollo moral.
Kholberg considera la invariabilidad necesaria en la sucesión de etapas. Para ello, realiza una entrevista profunda, en la cual se discute un dilema moral propuesto por el autor. A él, le interesaba comprender cuáles son los elementos tomados en cuenta para el juicio, la importancia atribuida a los diferentes aspectos del problema y el tipo de razonamiento usado.
La secuencia de estadios no está afectada por las diferentes condiciones sociales, culturales o religiosas. Lo único que se afecta es el ritmo en el cual los individuos progresan a través de esta secuencia.
El universalismo moral en Kholberg, no reside en el contenido de los juicios dado que cada cultura tiene sus propios puntos de vista, sino en la forma de razonamiento moral (Kohlberg, 1997).
El paso a una nueva etapa supone la reestructuración en el modo de realizar operaciones, de asumir roles y de adoptar una perspectiva social.
Kohlberg, asume la existencia de tres niveles, cada uno de los cuales se sub-divide en dos etapas o estadios; siendo el segundo estadio una forma más avanzada y organizada de la perspectiva general de cada uno de los niveles principales. La construcción estructural de los estadios es el concepto de perspectiva sociomoral, referido al punto de vista que adopta el individuo al definir los hechos sociales y los valores o deberes sociomorales. Los tres niveles son considerados como tres diferentes tipos de relación entre el yo y las normas y expectativas de la sociedad.
En esta propuesta del desarrollo moral, soporte del constructivismo del aprendizaje moral, una persona que avanza de una etapa a la siguiente esta cognitivamente más capacitada para explicar porqué los juicios en una etapa son más adecuados que en las etapas anteriores (Kohlberg, 1992).
Desde el punto de vista cognitivo, Kohlberg mantiene la propuesta de Piaget; sin embargo, desde el punto de vista evolutivo se diferencia al plantear una evolución de carácter lineal jerárquica del desarrollo, en donde el estadio superior, es el mejor, ya que trata de lograr formas de mayor equilibrio en la interacción organismos medio. Mientras que para Piaget, cada estadio de desarrollo constituye no una mejor forma, sino una forma distinta de equilibrio.
Kohlberg asume el término justicia para operacionalizar los estadios de razonamiento moral y diferenciar la capacidad de toma de perspectiva moral de la toma de perspectiva cognitivo social. En este enfoque, la justicia regula el proceso de aprendizaje moral. Este autor denomina operaciones lógicas de justicia a la reciprocidad y a la igualdad (Kohlberg, 1978).
Por su parte el término “Convencional”, significa conformarse y someterse a la regla, expectativas y convenciones de la sociedad o de la autoridad (Kohlberg, 1976).
Cada estadio, se define por tres elementos: a) Una perspectiva en relación con las normas sociales, b) Un conjunto de razones para juzgar las acciones concretas como “ buenas” o “mala” y c) Un conjunto de valores preferidos (Barba, 1997; citado por Romo, 2004).
Así se obtiene un primer nivel denominado Pre- Convencional, característico de niños pequeños, algunos adolescentes y muchos delincuentes. Aquí se ubican, las etapas 1 y 2.
En este primer nivel, pre moral los juicios se basan en criterios externos, es decir en el castigo o la recompensa que recibe el autor de la acción, Lo correcto y lo incorrecto, constituyen criterios absolutos, establecidos por la autoridad de los padres, principalmente. En este nivel el individuo no ha alcanzado a entender y mantener las normas sociales convencionales. En este primer nivel, encontramos dos estadios, siendo estos los siguientes:
Estadio 1: Castigo y Orientación a la obediencia: las consecuencias físicas, determinan si la acción es buena mala. Las acciones de los niños, están dominados por el deseo de evitar el castigo. Es así, como el niño obedece al adulto, porque considera su superioridad.
Esta etapa es similar a la etapa Heterónoma de Piaget, en que la gravedad de la trasgresión depende de daños producidos.
Desde la perspectiva social, el punto de vista es egocéntrico, ya que no considera los intereses de otros; no relaciona dos puntos de vista. Hay confusión de la perspectiva de la autoridad con la propia. Es incapaz de relacionar dos puntos de vista diferentes. (Jaramillo, 2000).
Estadio 2: La orientación Instrumental Relativista: La motivación del niño es satisfacer los propios deseos y el de las personas agradables o queridas por él. Lo correcto es seguir las reglas sólo cuando es para el interés inmediato de sí mismo; actuar para satisfacer los propios intereses y necesidades y permitir que otros hagan lo mismo.
Al determinar la gravedad de las trasgresiones se toma en cuenta las intenciones. Las cosas que llevan a resultados agradables son buenas. Es necesario, obrar, para satisfacer el propio interés, y dejar que otros lo hagan llegando a un acuerdo.
Desde la perspectiva social, constituye una visión concreta individualista. Hay conciencia que todos tienen intereses que perseguir y que pueden entrar en conflicto; el bien es relativo.
En el segundo nivel, denominado Convencional, Kohlberg estableció a partir de sus investigaciones, que era típico en la mayoría de los adolescentes y adultos. Aquí, el castigo, la recompensa, lo agradable y desagradable pierden importancia. Los juicios, se basan en normas y expectativas de grupo. Lo que el grupo señala es correcto. En este nivel, encontramos la importancia que tienen los criterios de la familia y de los grupos pares, entre otros.
Se observa la identificación con las reglas sociales y con la sociedad, de la cual siente, que forma parte. Se encuentran los siguientes estadios:
Estadio 3: La Orientación de la Concordia interpersonal: El buen comportamiento es aquel que agrada a los demás, a la familia, a los compañeros, entre otros. Se busca la aprobación de los otros. Se toma en cuenta, las necesidades e intervenciones ajenas. El comportamiento se juzga frecuentemente por su intención. Ser bueno significa también mantener mutuas relaciones de gratitud, lealtad y confianza.
Desde la perspectiva social, hay comportamientos compartidos, acuerdos y expectativas, que son primordiales. Tiene conciencia de acuerdos, sentimientos y expectativas compartidas que toman primacía sobre los intereses individuales. Aún no considera la perspectiva del sistema social más amplio.
Estadio 4: La orientación de la ley y orden: la importancia se desplaza, hacia la sociedad; lo correcto es lo que dice la ley, es así como, cumplir con los deberes, respetar a la autoridad, mantener el orden social y las leyes religiosas son absolutas.
La autoridad se respeta no por su poder de castigo, sino porque constituye la expresión de un orden social y moral.
Desde el punto de vista social, diferencia el punto de vista de la sociedad, del acuerdo o motivos interpersonales. Toma el punto de vista del sistema que define los roles y las reglas. Considera las relaciones individuales en términos del lugar dentro del sistema (Jaramillo, 2000).
En el Nivel Post- Convencional (Autónomo o de los principios), Kohlberg (1976) procuró encuadrar el ideal de hermandad, justicia, reciprocidad, igualdad de los derechos humanos y comunidad. Cada situación se examina de forma cuidadosa, con el propósito de obtener unos principios generales que guién una actuación adecuada. El individuo supera la identificación con las normas sociales, y con la autoridad, o las personas que la sostienen. Se observan los siguientes estadios:
Estadio 5: La Orientación Legalista del Contrato: Lo justo debe ser respetado por un motivo de reciprocidad y de utilidad colectiva que puede asumir la forma de contrato social. Hay valores y principios válidos, más allá de la autoridad de las personas o los grupos. Los valores de la sociedad son correctos, pero pueden equivocarse y hay medios para cambiarlos.
Desde el punto de vista social, se observa la perspectiva de un individuo racional, consciente de los valores y los derechos anteriores a las ataduras sociales y a los contratos. Integra las perspectivas por medio del acuerdo, el contrato, la imparcialidad objetiva y el debido proceso. Considera puntos de vista legales y morales; reconoce que a veces están en conflicto y encuentra difícil integrarlos (Jaramillo 2000).
Estadio 6: La Orientación de los Principios ético Universales.: En este estadio, lo que guía es la conciencia moral, allí se fundan los principios. Los juicios se basan en principios fundamentales y universales. Hay reocupación por la auto condena emanada de la violación de los propios principios. El individuo en este estadio se guía por principios éticos auto escogidos (Barra, 1987).
Los principios son universales, en donde se considera: la justicia, igualdad de los derechos humanos y el respeto por la dignidad de los seres humanos como personas individuales.
Desde el punto de vista social, se considera la perspectiva moral del que se derivan los acuerdos sociales. El individuo reconoce la naturaleza de la moralidad o el hecho de que las personas son fines en sí mismos y como tal deben ser tratadas.
Según Sepúlveda (s. f.) en el estadio seis se evidencia la necesidad de principios para una moralidad equilibrada. Estos principios deben permitir elegir entre alternativas legítimas, e implican una base general y universal para la elección. La base racional de la elección, es aquella que sería deseable para todos. Se requerirían no sólo principios legales, sino principios para general reglas. Sólo estos principios llevarían a todas las personas a un acuerdo moral.
Quesada (1993) Señala que los primeros seis estadios se caracterizan por: Ser invariantes en el orden que se alcanzan, universales, formar estructuras en conjunto y estar jerárquicamente interrelacionados.
Además de ello, cada estadio es cualitativamente distinto al anterior y está relacionado con la edad dentro de un agrupamiento general ( Sprinthall. Sprinthall y Oja, 1996). Son integraciones jerárquicas; el individuo comprende los argumentos que pertenecen a su estadio, y los que pertenecen a sólo un estadio superior al suyo. Además el individuo prefiere estos últimos (Barra, 1987).
En relación a la práctica de su teoría a la educación, Kohlberg afirma (1982, citado por palomo, 1989) que conforme aumentan las interrelaciones con sus iguales, lo hace también la influencia de éstos, y cuando existen discrepancias entre las reglas morales del hogar y las del grupo, los niños suelen aceptar las de éste último, y rechazar las de la familia.
Respecto a la interacción en una clase, ésta exige que los alumnos vayan más allá de un mero compartir la información, es necesaria un atmósfera de confianza y aceptación, en la que el respeto mutuo y la justicia sean cultivados intencionalmente, porque los niños necesitan escuchar a otros para ser escuchados. Esta habilidad de escuchar y comunicar con el niño por parte del maestro, es condición, imprescindible para logar este clima de confianza y, con ello, las bases del desarrollo moral del niños (Palomo, 1989).
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