GUILFORD
Dentro de esta corriente de renovación teórica en la psicología cognitiva y en la investigación educativa destaca el modelo de J. P. Guilford de la estructura del intelecto (1967), que tenía por objetivo comprender la naturaleza de la inteligencia. El modelo de Guilford describe el pensamiento en términos de tres dimensiones, planteando que una habilidad intelectual involucra un tipo particular de operación, sobre un cierto contenido, para generar un tipo particular de producto del pensamiento. Cada combinación de operación, contenido y producto constituye una cierta habilidad.
a. El componente de las operaciones del modelo de Guilford corresponde, según su autor, a los procesos intelectuales, es decir, a los procesos que un individuo realiza con la información que llega a sus sentidos; dichos procesos corresponden a: cognición, memoria, pensamiento divergente, pensamiento convergente y evaluación. La cognición es el proceso mediante el cual un individuo reconoce, descubre o comprende información, y extrae significado de ella. La memoria es el proceso de almacenar y después recuperar distintos tipos de información, por ejemplo a partir de un texto leído. El pensamiento divergente consiste en la generación por parte de un individuo de información nueva y alternativa, por ejemplo, elementos que se ajustan a criterios simples tales como listar elementos con forma de círculo, deducir ecuaciones a partir de otras dadas, etc.; para Guilford la capacidad de un individuo de desarrollar pensamiento divergente se relaciona con su capacidad creativa. El pensamiento convergente, por otro lado, consiste en la búsqueda de la única respuesta a una pregunta, problema o situación; incluye la mayoría de las formas de resolver problemas mediante el análisis y el uso de la lógica, y difiere del pensamiento divergente en que se limita a la búsqueda de una respuesta o solución única y correcta. La evaluación es la habilidad de realizar juicios acerca de diversos tipos de información sobre la base de ciertos criterios establecidos, por ejemplo acerca de cuáles elementos de un conjunto son similares, cuáles son mejores que el resto, o qué características tienen en común.
b. El contenido corresponde a la información a la que los individuos prestan atención y sobre la cual piensan. El contenido puede ser figurativo (información visual o audible), simbólico (elementos de información representada por signos, letras, palabras o números que no poseen significado por sí mismos, pero que pueden ser combinados entre sí y adquirir de esa manera un significado), semántico (significados contenidos en palabras o imágenes), o conductual (información no verbal presente en la interacción de los individuos, y en sus gestos, expresiones o intenciones).
c. Y los productos corresponden a los resultados del procesamiento de información que un individuo realiza para los distintos tipos de contenidos: unidades (elementos de un conjunto), clases (organización de elementos en grupos según características comunes), relaciones (vínculos entre elementos), sistemas (conjuntos de elementos interrelacionados), transformaciones (cambios en la información existente), e implicaciones (predicciones, resultados o consecuencias esperadas de la información).
El modelo de Guilford es de carácter psicométrico, se deriva del análisis empírico de los resultados de la aplicación a una población de individuos de un conjunto de tests e indicadores que persiguen medir su desempeño en diversos procesos mentales considerados relevantes según su esquema teórico. Los resultados fueron sometidos por Guilford a diversos análisis de carácter estadístico, específicamente a la técnica multivariada del análisis factorial, el que mostró la existencia de relaciones y simultaneidad entre diversos tipos de procesos intelectuales, los que se agruparon en tres dimensiones relacionadas con la inteligencia, las ya mencionadas operaciones, contenido y productos.
Las tres dimensiones de operaciones, contenido y producto están basadas en la distinción hecha por Piaget, mientras que la dimensión de operaciones utiliza categorías que se asemejan a las utilizadas por la Taxonomía de Bloom. Pese a que Guilford no incluye una categoría como la de aplicación de Bloom, ambos modelos muestran similitudes. Por ejemplo, la categoría de pensamiento divergente de Guilford se asemeja a la de análisis de Bloom, y la categoría de pensamiento convergente de Guilford es equivalente a la de síntesis de Bloom (Moseley et al., 2004:106).
La dimensión cognitiva del modelo de Guilford parece involucrar la comprensión o utilización de información de manera inalterada, esto es, en la forma en que fue originalmente presentada o aprendida. Según Foster (1966), quien realiza un análisis del modelo de Guilford, los procesos identificados por otros autores que pueden ser clasificados en la dimensión cognitiva son los de comprensión de Bloom (1956), la aplicación de Bloom (1956), la recepción de estímulos de Gagné (1959), la adquisición de información de Bruner (1965), la obtención de información a partir de estímulos de Hunt (1962), la asimilación de Piaget, la comprensión de Duncan (1959), la identificación de un problema de Thorndike (1950), la actitud concreta de Goldstein y Scheerer (1941), Heidbreder (1947 y 1948), y Johnson (1962), la búsqueda perceptual de Shipstone (1960), el reconocimiento de Hunt (1962), la discriminación de Garner (1962), y la interpretación de Watson y Glasser (1952).
La dimensión de operaciones de Guilford ha despertado especial interés entre los educadores. Dentro del contexto educativo, en particular el del trabajo pedagógico en las salas de clases, las categorías de cognición y memoria de la dimensión de operaciones del modelo de Guilford han sido usualmente combinadas para formar una categoría similar a la de conocimiento de la Taxonomía de Bloom. La categoría cognición-memoria ha sido habitualmente catalogada como procesos de orden inferior, y los tipos restantes han sido asociados a procesos de orden superior. La memoria parece relacionarse principalmente en el modelo de Guilford con la memoria de corto plazo (Foster, 1966)
En el modelo de este autor las cinco operaciones cognitivas se combinan con cuatro tipos de contenido para dar origen a seis tipos de productos. El cruce de las categorías de las tres dimensiones del modelo de Guilford da origen, por lo tanto, a 5x4x6=120 combinaciones posibles de operaciones, contenidos y productos. El modelo es representado mediante un cubo (figura n°1) más abajo citada:
A diferencia de la dimensión cognitiva, tanto el pensamiento convergente como el divergente parecen involucrar en el modelo de Guilford cambios hechos en la información por parte del estudiante o aprendiz (Foster, 1966:9). El pensamiento divergente involucra una creciente incertidumbre en el uso de la información. El individuo vislumbra posibilidades o alternativas no inmediatamente aparentes, o no aparentes para un individuo promedio. Según Guilford, los ítemes incluidos en el test miden flexibilidad y originalidad. Ejemplos de pensamiento divergente descritos por otros autores son la formulación de hipótesis de Gagné (1966), Bruner, Goodnow y Austin (1956), Thorndike (1950), Hunt (1962) y Shipstone (1960); la formulación de modelos, estrategias, cursos de acción, programas y planes de Bruner, Goodnow y Austin (1956), Goldstein y Scheerer (1941), Hunt (1962), Newel, Shaw y Simon (1958), y Shipstone (1960), la búsqueda en la memoria de expresiones que puedan ser de utilidad (Newel, Shaw y Simon (1958), el análisis de múltiples alternativas para elegir de Hanfmann y Kasanin (1937), el espectro conceptual de Shipstone (1960), el componente de invención de la formulación inventiva de conceptos de Leeter (1951), y el enfoque flexible en oposición a un enfoque rígido o centrado de Duncker (1945), Goldstein y Scheerer (1941), Duncan (1959) y Berlyne (1957). Otros ejemplos de pensamiento divergente pueden ser el análisis probable de Bloom (1956), la descomposición de un todo en partes de Goldstein y Scheerer (1941) y el reconocimiento de supuestos de Watson y Glasser (1952). Alejandro Vásquez C.
Si el pensamiento divergente introduce más incertidumbre, el pensamiento convergente consiste en un proceso de reducción de la incertidumbre. Esto se logra mediante la combinación de información proveniente de distintas fuentes. Ejemplos de pensamiento convergente son los procesos de abstracción y los de construcción de conceptos, procesos que involucran realizar una síntesis de lo que es común a un conjunto de experiencias diversas, o la selección de una porción de características de un conjunto de muchas de ellas (Foster, 1966:10). A través del pensamiento convergente, un individuo combina experiencias, reconoce redundancias, y reduce la incertidumbre. Ha existido una abundante investigación en torno a los procesos de formulación inventiva de conceptos (Bloom, 1956; Bruner, Godnow y Austin, 1965; Gagné, 1959; Hunt, 1962; Vinacke, 1951; Garner, 1962; Heidbreder, 1947 y 1948; Johnson, 1962; Hovland, 1952; Leeper, 1951), de clasificación (Gagné, 1966; Hanfmann y Kasanin, 1937), integración y organización (Duncan, 1959), resonancia y precipitación de elementos comunes (Duncker, 1945), e inferencia (Gagné, 1959; Watson y Glasser, 1952). Otros procesos que parecen ser ejemplos de pensamiento convergente son la deducción (Watson y Glasser, 1952; Shipstone, 1960; Leeper, 1951) y el componente de resolución de la solución de problemas.
La última categoría de operaciones de Guilford es la de evaluación, incluida en los modelos de la mayoría de los autores antes mencionados. Por ejemplo, Watson y Glasser (1952) se refieren a la evaluación de argumentos, Shipstone (1960) y Thorndike (1950) a la formulación de hipótesis, et al. autores (Hanfmann y Kasanin, 1937; Vinacke, 1951) a clasificaciones o conceptos consistentes o inconsistentes. Alejandro Vásquez C.
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