30 ABRIL DE 2011
Cuando hablamos de la Escuela, nos referimos a un Centro que genera dinámica y al ser una organización en sí y ante sí es un objeto de estudio, de interés científico, un objeto educativo, con metas explícitas y planificación, pero también funciona con componentes de predictibilidad y certidumbre al declararse dentro del modelo con que se trabaja en sus procesos buenas intenciones, que dependerán de los actores que allí interactúan si serán realizadas son metas y procesos, inestables. La escuela por lo tanto, tiene elementos constitutivos los cuáles son 4: las Metas y los Objetivos de índole institucional, la Estructura Funcional que tienen que ver con la organización escolar, el Sistema Relacional el cuál lo componen las personas, las cuáles no siempre actúan por los intereses de la institución, tienen expectativas, motivaciones, necesidades particulares y la Dirección o Liderazgo elemento importante para efectuar de buena manera la gestión educativa. La Cultura Organizacional le es propia, con un capital simbólico, con un lenguaje, historia, valores, existiendo campos de fuerza externas que ayudan en el avance y fuerzas internas que condicionan. El liderazgo debe ser proactivo administrando las dimensiones superficiales por un lado lo que vemos en la organización, recursos, aula, mobiliario, los reglamentos, etc. y las de nivel profundo por otro que tienen que ver con la realidad que atribuyen sus actores. Los Factores de la educación (3) Humanos, Técnicos y Contextuales, son los que posibilitan que la organización educativa avance en sus objetivos educacionales, actuando positivamente, generado que los procesos de gestión sean armónicos, las Dimensiones Pedagógica Currícular, Administrativa, Convivencial y Comunitaria hacen de la escuela una organización en movimiento, abierta a los cambios a la interacción con el medio, desarrollando niveles de autonomía y responsabilidad.
La escuela tiene como misión fundamental contribuir a la mejora de la sociedad a través de la formación de ciudadanos críticos, responsables y honrados. (Santos Guerra, M. A., 2006)
Resulta evidente que la mejora escolar sólo es posible si la escuela, como organización, es capaz de aprender, no sólo en el caso de los individuos, como los profesores o los directores, sino de manera que la propia escuela pueda sobreponerse a un comportamiento ineficaz mediante un cooperación estrecha (Bollen, 1997)
El liderazgo de los directivos por una parte y el trabajo en equipo de todos los miembros de la institución es indispensable para la mejora educativa, realizando con ello cambios profundos y duraderos, reconociendo la diversidad, el compromiso individual y colectivo, la construcción de un apropiamiento institucional aprovechando espacios de discusión y reflexión para realizar los cambios y la mejora constante en los procesos no perdiendo de vista la dimensión pedagógica curricular como eje fundamental de la organización escolar
04 JUNIO DE 2011
Al referirnos al proyecto educativo estamos en presencia de una política, un plan un programa que ayuda en la gestión y el cambio Institucional de acuerdo a un problema determinado coadyuvado por factores externos como capital, recursos, buenas prácticas, se trata de una actividad temporalmente definida, delimitada que tiene como objetivo un producto único que no se ha realizado antes, nace de una necesidad generada, de un problema detectado, lo que va acompañado de una idea que se debe transformar en un objetivo y que de cómo resultado un producto final. Es importante diferenciar la Duración del proyecto, del ciclo de vida del proyecto, así también la Definición del proyecto de la gestión de la ejecución del proyecto, todo esto, ya que los responsables pueden cambiar durante este proceso, para lo cual debe existir una cultura de mejora continua de excelencia, autoevaluativa de la evidencia, en donde se practique la calidad de la gestión, en este sentido cabe preguntarse si la cultura escolar condiciona la toma de decisiones, que tanto influyen las relaciones, los intereses individuales de los actores educativos. Es indispensable saber antes de comenzar un proyecto los motivos que pueden causar el fracaso de este para no cometer errores que tienen que ver con problemas de arranque o simplemente se desconoce o no se ha estudiado bien el problema que motiva el proyecto, por lo cual es esencial tener niveles de coherencia con respecto a lo que se declara, o administrar bien los recursos en el transcurso de este entregando finalmente el proyecto terminado y como lo solicito el cliente. Se evitaran los fracasos instalando capacidades, teniendo un proyecto fruto de la planificación estratégica, se debe tener en cuenta además que para la realización de grandes proyectos se recomiendan proyectos autónomos pero integrados. Para que sea exitoso un proyecto debe existir un buen desempeño, que el producto cumpla con lo esperado, en donde el tiempo requerido para su realización no sea sobrepasado y que los costos no sean mayores a lo presupuestado, manteniéndose en el tiempo y actualizándose lo que redundara en la satisfacción de los usuarios.
Transformar la idea en objetivo
Entorno estratégico Objetivo (alternativas)
Primera Evaluación: Definición a la luz del entorno estratégico de la organización.
Entorno estratégico
Objetivo
Criterios - objetivos de éxito
Actores Supuestos Restricciones
Sí condicionales
Sí trabajas
Objetivos Específicos
18 de Junio
Para la realización de una estrategia deben existir cambios de prácticas o actitudes que son requeridas, deseadas y factibles desde el punto de vista del grupo “Meta”, debe existir un diálogo constante, una participación continua de todos los actores, así también un monitoreo permanente de la ejecución del proyecto, en donde se debe hablar un mismo idioma, apropiarse de una nomenclatura y así también el aprendizaje organizativo debe ir asociado al desanprendizaje ajustándose a los cambios, es por eso que es fundamental la innovación continua, y tener claro que cambios son deseables desde el punto de vista de los niveles de decisión para un proyecto, directivos, operativos, es importante el nivel de capacidades y aptitudes de las personas, los recursos, ya sean de índole externos o internos, la administración de talentos, la práctica innovadora y el desarrollo continuo, para ello es fundamental que todos los centros tengan una cultura organizativa condicionando la instalación de la innovación.
El árbol de problemas es una técnica que se emplea para identificar una situación negativa (problema central), la cual se intenta solucionar mediante la intervención del proyecto utilizando una relación de tipo causa-efecto.
definir los problemas principales presentes en la realidad objeto de estudio para analizar y dar la prioridad a sus causas pues es el primer paso hacia las soluciones eficaces.
El árbol de problemas Se debe formular el problema central de modo que sea lo suficientemente concreto para facilitar la búsqueda de soluciones, pero también lo suficientemente amplio que permita contar con una gama de alternativas de solución, en lugar de una solución única.
Es una herramienta para la identificación y el análisis de las causas relevantes de los problemas principales, que formaran más adelante las bases para formular soluciones y los objetivos para hallar las alternativas de solución mediante la ejecución de la investigación.
El arbol del problema es una herramienta visual de analisis que debe ser utilizada para identificar con precision al problema objeto de estudio, a traves de él se especifican e investigan las causas y los efectos del problema a plantear en la tesis o monografia, ademas de destacarse las relaciones entre ellas.
Árbol de los problemas:
Problema Central: Causa y Efecto (Humanos, Técnicos, Contextuales)
Problema central punto de partida de otras situaciones problemas que existen, proyecto corto alcance, remediales.
Causas esenciales, representan valor relativo situación problema.
Análisis de Objetivos: Situación Futura- Alternativas y objetivos- Medios y Fines.
Árbol de Objetivos:
Reformule las situaciones negativas que están contenidas en el árbol de problemas, expresan situación positiva, deseable, realista y lograble (CLAVE) Negativo a Positiva
Verifique las relaciones de medio y fin para ver si están completos y aceptables
Modificar formulaciones.
Relación Medio - Fin: describir una situación podría existir después de solucionar problemas. Hasta que punto o aspiración u objetivo deseado. (Realista verificable, alcanzable)
Objetivos: Prioritarios y Secundarios
Jerarquía del los objetivos: Objetivo Superior Objetivo
Programa Radial que se transmite todos los viernes de 21 a 23 hrs, especializado en la música de los 70, 80 Y 90 novedades, datos curiosos, y lo mejor de los mejor....en música
jueves, 3 de noviembre de 2011
La Evaluación de las Competencias Docentes como Paradigma Educativo.
Resumen
Este artículo examina como la evaluación se ha convertido en una herramienta para el desarrollo curricular en el aula, apareciendo con ello nuevos enfoques y metodologías de la investigación, lo que ha permitido la interacción apropiada con el medio en que se desarrolla el proceso enseñanza aprendizaje, se necesitan para ello modelos o paradigmas que ayuden al proceso educativo, un giro hacia el objeto por así decirlo de la evaluación, aplicando diversas herramientas para medir y evaluar constantemente los aprendizajes, es así que con la creación de un marco educativo se han reformulado las prácticas docentes, otorgando al perfeccionamiento continuo una importancia vital para la mejora de la calidad educativa por medio de criterios que nacen de la experiencia, la reflexión y la cooperación mutua, permitiendo finalmente la creación de políticas educativas que trasciendan en el tiempo, convirtiéndose en políticas de estado repercutiendo así en las personas, las instituciones y la sociedad.
Palabras Claves: evaluación, docentes, calidad educativa, competencias docentes, políticas educativas
Abstract
This article examines how the assessment (evaluation) has become a tool for curriculum development in the classroom, appearing with this, new approaches and research methodologies, this has allowed the appropriate interaction with the environment in which the Teach–Learning process develops, is necessary for this, models or paradigms that assist the educational process, a turn toward the object of evaluation so to speak, using various tools to measure and constantly evaluate learning, so with the creation of an educational framework have been reformulated the teachers practices, giving to the continuous perfecting a vital importance to improve educational quality through criteria that are born of experience, reflection and mutual cooperation, finally allowing the creation of educational policies that transcend time, becoming state policies, impacting on individuals, institutions and society.
Key words: assessment, teachers, educational quality, teaching skills, educational policies
Introducción
La evaluación se ha convertido en el principal elemento de la creación del conocimiento, los actores educativos tienen mucho que decir al respecto, en donde la evaluación interna y externa juegan un papel esencial para la mejora de los procesos y la calidad educativa, el sentido de la evaluación debe guiarse y ser parte de la discusión pública, así también la orientación de los procesos de evaluación deben construirse e idearse en base a la experiencia y a la mejora continua de éstos, se debe contar con el respaldo institucional expresado en el profesionalismo y preparación de las personas que la realizan. La enseñanza está al servicio de la educación, en donde el individuo debe por medio del autoaprendizaje y la autoevaluación adquirir una nueva dimensión, lo que implica transformaciones pedagógicas e intereses formativos, la evaluación se ha convertido así en un elemento clave en la calidad de los aprendizajes. Por tanto debe existir una coherencia entre los objetivos del aprendizaje y de la evaluación, este enfoque asegura el desarrollo de competencias acordes al perfil del egresado lo que supone la adquisición de conocimientos, habilidades y actitudes, que se enmarcan en un nuevo concepto de enseñanza-aprendizaje en donde el alumno debe ser activo y creativo a la vez en la resolución de problemas reales. La evaluación en la formación del profesorado, debe tomar un rumbo diferente, en que la innovación, los cambios en los procesos y los sistemas de evaluación se reformulen conceptualmente. Es así como siempre ha existido una confusión e identificación entre los conceptos evaluación y calificación, la evaluación debe ser continua y formativa conociendo los efectos de la intervención educativa en el alumnado, en donde la mayor influencia en los futuros maestros es la forma en que se trabaja con ellos y no los contenidos que se les imparte, hoy la evaluación compartida y la calificación dialogada convierte al alumno en el actor principal del proceso de evaluación, las interrogantes ante este panorama deben complementar el cambio educativo necesario hacia las mejoras que se requieren, es por ello que la evaluación del desempeño docente en una herramienta indispensable para el control y desarrollo de los procesos educativos, lo que ha permitido reorientar la enseñanza en el aula y mejorar la calidad educativa, no se debe ver como una amenaza, sino como una oportunidad hacia el perfeccionamiento de la gestión docente generando buenas prácticas, propiciando instancias para el desarrollo del conocimiento, el diálogo constante y un control del proceso de aprendizaje acorde a la realidad en que se esta inserto.
La evaluación como Paradigma Educativo
Al referirnos cuando utilizamos el término evaluación generalmente es para darle un valor o atribución a algo, la evaluación siempre se presenta en todas las acciones que realizamos, vivimos evaluando al otro y a nosotros mismos, “pero en el lenguaje más académico o escolar evaluar consiste en poner calificaciones a los alumnos y aplicar pruebas de evaluación para obtener información que luego pueda ser evaluada” (Román Pérez, Martiniano 2004). La Evaluación por lo tanto, se ha convertido en una herramienta para el desarrollo curricular en el aula, en donde existen dos grandes visiones en cuanto a lo cualitativo y cuantitativo, dos paradigmas que cruzan lo conductivo y lo cognitivo contextual influyendo en los elementos del currículum, en razón de observar, medir y cuantificar. Cuando hablamos de paradigma en el ámbito educativo se han identificado dos grandes tendencias hacia la investigación, esta la empírico-analítica, positivista por un lado, y hermenéutica e interpretativa, existiendo además una clasificación más simple y tradicionalmente se ha presentado como una versión de dos paradigmas contrapuestos. Otras expresiones para referirse a ellos son:
P A R A D I G M A S
Prevaleciente
Clásico
Racionalista
Cuantitativo
Emergente
Alternativo
Naturalista
Constructivista
Interpretativo
Cualitativo
Sin embargo, en las últimas décadas, bajo la denominación genérica de “paradigma crítico o socio critico”, ha ido agrupándose una familia de enfoques y metodologías de investigación que amplían las perspectivas más arriba señaladas. (Sandín, María Paz, 2003).
Para Buendía (1997) en el ámbito educativo, y social en general, existe un cierto acuerdo en identificar tres paradigmas en la investigación
• La perspectiva empírico-analística, de base positivista-racionalista (paradigma positivista/pospositivista)
• La humanístico-interpretativa, de base naturalista-fenomenológica (paradigma interpretativo), y
• La crítica, basada en la tradición filosófica de la teoría crítica (paradigma socio-crítico)
Esta identificación permite a quien investiga o trabaja en esta área tener criterios de evaluación claros, para así interactuar de una manera adecuada con el ambiente en que se desarrolla el proceso de enseñanza aprendizaje y utilizar las técnicas o las herramientas adecuadas que ayuden en el mejoramiento y la calidad de la educación impartida, generando nuevos productos de evaluación, en sí otras formas de evaluar, tomando cada uno de estos componentes de acuerdo a la visión que se le quiera dar, se debe evaluar en forma amplia, ya sea, lo curricular con sus contenidos, procedimientos, competencias y capacidades y así también las técnicas que se van a desarrollar y como estas finalmente ayudan en los procesos de aprendizaje.
Por lo anteriormente expuesto podemos decir, que se necesitan modelos o paradigmas que ayuden al proceso educativo. Así Pérez Gómez (1983) considera tres modelos principales en el marco del paradigma experimental (análisis de sistemas, objetivos del comportamiento y toma de decisiones) y otros cuatro dentro del paradigma cualitativo (crítica artística, evaluación respondiente, evaluación iluminativa y estudio de casos). Estas definiciones no serán sino producto del trabajo realizado y de los objetivos planteados.
Cronbach (1963) “define la evaluación como un proceso mediante el cual se recoge y usa información con objeto de tomar decisiones acerca de un programa de enseñanza-aprendizaje”.
En esta definición se incluyen dos elementos fundamentales:
• Recogida de la información basada en criterios realistas y no en simples impresiones.
• Toma de decisiones a partir de la recogida de la información, referidas a objetivos, programas y métodos de enseñanza.
Gimeno (1992) define la evaluación del modo siguiente: “Evaluar hace referencia a cualquier proceso por medio del que alguna o varias características de un alumno, de un grupo de alumnos, de un ambiente educativo, de objetivos educativos, de materiales, profesores, programas, etc., reciben la atención del que evalúa, se analizan y se valoran sus características y condiciones en función de unos criterios o puntos de referencia, para emitir un juicio que sea relevante para la educación”.
Refiriéndonos a lo anterior, Stufflebeam y Shinkfield (1987) consideran que para definir evaluación deben tenerse en cuenta cuestiones previas:
• ¿Qué valores deben ser mencionados al juzgar resultados?
• ¿Qué criterios deben ser adoptados y cuáles deben tener preferencia?
• ¿La evaluación debe ser comparativa o no?
• ¿La evaluación debe estar capacitada para guiar el desarrollo, responsabilizar a los profesionales, ordenar las opciones o promover nuevas instituciones acerca de los fenómenos implicados?
La evaluación por lo anteriormente expuesto necesita entonces, un cambio de perspectiva, un giro hacia el objeto por así decirlo de la evaluación y es así como surgen preguntas inherentes en el área educacional tales como: para que evaluar finalmente, en que están las instituciones educativas, como están preparando a nuestros profesores, que herramientas evaluativas entregan, que visión o cuál de ellas es la más idónea y adecuada en la entrega de competencias y o conocimientos para que los futuros docentes puedan desempeñarse en una sociedad en constantes cambios. Por lo tanto, “Importa mucho la concepción que de la evaluación se tenga. De ella dependerá, obviamente, la evaluación que se haga.”(Santos Guerra, 2006).
“Es a partir de la segunda mitad de los noventa que la mayoría de las naciones latinoamericanas, frecuentemente con apoyo de organismos internacionales, se decide a aplicar diversas herramientas para medir y evaluar sistemáticamente los aprendizajes, con el objetivo de proveer información al sistema educativo y a la sociedad.” (Vaillant, 2005). En Chile el año 2001 se realizo un primer seminario internacional, donde participaron expertos del ámbito educativo de diferentes países: Inglaterra, Estados Unidos, Australia y otros, que dieron a conocer su visión y experiencias de la evaluación docente, ese fue el primer paso para la construcción de un marco educativo que luego fue consultado a un número considerable de profesores en dos oportunidades. “En ambas consultas participaron 6.696 grupos de profesores quienes compartieron los contenidos fundamentales del documento, proponiendo más que nada precisiones de algunos conceptos.” (Beca, Carlos 2003), esta consulta y la creación de un marco para la buena enseñanza tenía como objetivos dar lo lineamientos y criterios hacia la formulación de prácticas y el perfeccionamiento continuo de los docentes, además de las asesorías y la supervisión de éstos. Tarea no menos importante para los docentes, ya que debe ser percibida como una oportunidad más y no como una amenaza, esta para House (1994) “debe ser vista como un fenómeno moral porque tiene repercusiones importantes para las personas, para las instituciones y para la sociedad. En la evaluación hay poder (que debe ponerse al servicio de las personas) y debe haber ética”. La evaluación, además de ser un proceso técnico es un fenómeno moral. Importa mucho saber a qué valores sirve y a qué personas beneficia. (Santos Guerra, Miguel Ángel, 2003). Algunos autores expresan que esta tendencia a evaluar tanto los sistemas educativos como el quehacer profesional del profesor, dentro de un enfoque social, ha permitido que la evaluación sea considerada y trabajada como un método científico, incorporando el concepto de calidad a este ámbito y de acuerdo con Scheerens, Glass y Thomas (2005), el propósito fundamental de la evaluación del sistema educativo es la determinación empírica de la calidad de éste. Las funciones principales de la evaluación son:
1) la certificación y acreditación
2) la rendición de cuentas
3) el aprendizaje de la organización.
Tanto la certificación como la acreditación deben estar acordes a la normalización y a estándares preestablecidos y conocidos por toda la comunidad educativa, lo que dará como resultado una rendición de cuentas transparentes, permitiendo a la sociedad ver qué ventajas comparativas tienen, ya sea el tipo de docente que ha sido evaluado y la institución a la cual pertenece, en lo que respecta al aprendizaje de la organización debe referirse a si este proceso ha ayudado en la mejora de la gestión educativa y como éste permite la toma de decisiones hacia el perfeccionamiento docente y el impacto en la transmisión de nuevos conocimientos y el tipo de aprendizaje que se desea impartir.
Se trata entonces, de que cada sistema educativo tenga claro que el objetivo de la evaluación docente no es solo colocar una nota o castigar a quienes no cumplen con los objetivos mínimos del sistema de evaluación a que han sido sometidos, sino que tienen un fin en sí, el cual es “Mejorar la calidad educativa por medio del fortalecimiento de las estrategias de aprendizaje”, además del perfeccionamiento continuo que deben tener los docentes. “El concepto de evaluación sobre la base de “ aprendizaje continuo y permanente” es visto como la clave para el desarrollo y mejoramiento de las capacidades de los profesores” (Rojas, Eliana 2003) en donde las direcciones de sus establecimientos deben liderar la gestión educativa para el cumplimiento de metas que afecten positivamente al docente y que se irradie ese nuevo conocimiento o perspectiva hacia los beneficiarios últimos, pero no menos importantes como son los alumnos, creando una comunidad en constante transformación y readecuación de sus procesos de enseñanza, utilizando la inclusividad al servicio de la comunidad en donde se esté inserto.
Cada sistema de evaluación debe abrir nuevas puertas, nuevos espacios de participación e instalar criterios evaluativos que nazcan de la experiencia, la reflexión y la cooperación de quienes serán evaluados, esto permitirá que se haga menos estresante y más participativo el proceso evaluativo haciéndolo suyo finalmente. El Gobierno de turno debe orientar al ministerio de educación en las bases o pilares para la implementación de mecanismos que fortalezcan, que delineen el trabajo técnico y formativo y que apoye en la convergencia hacia la utilización de instrumentos acordes a lo que se necesita y requiere evaluar, dando a conocer los resultados de la forma más idónea posible, para que se puedan tomar las decisiones correctas hacia la mejora educativa, esto se logrará actualizando los mecanismos evaluativos año a año por la vertiginosidad de los cambios, de la investigación que va surgiendo, ya que los niños y jóvenes tienen a su disposición una avalancha de tecnología, de información, que debe ser revisada, catalogada y seleccionada para su entrega, orientada al currículum o a las realidades en donde se ejerza la profesión docente. Es indispensable compartir las experiencias, divulgar las nuevas orientaciones que han tenido éxito en cada rincón del mundo educativo tan heterogéneo por su geografía tanto física como humana. Quiénes deben tomar las decisiones y dar las instancias inherentes para la modificación y reformulación de políticas educativas deben considerar los diferentes agentes y actores del medio educativo, como se señalaba anteriormente son aquellos que mediante su experiencia puedan aportar los criterios que se aborden en el análisis de las competencias que debe tener un profesional de la educación.
Mucho se ha hablado de las reformas educativas y como estas aportan a perfeccionar los modelos pedagógicos, los currículum, la enseñanza aprendizaje, para ello es indispensable orientar los esfuerzos a la creación e innovación en conjunto con los otros países de Latinoamérica de instancias evaluativas, ya que es necesario tener una identidad propia, aún cuando las experiencias extranjeros han aportado en su conjunto, pero las idiosincrasias propias de cada país deben ser abordadas en su conjunto, para ello tanto las autoridades del ramo y los docentes mediante la representación de sus agrupaciones profesionales deben crear un sistema evaluativo representativo de la realidad social y política de cada país que aporte a la calidad educativa, independiente de los resultados que serán el inicio y la oportunidad de mejora en aquellas falencias que se puedan develar, transformándose en una política que trascienda el gobierno de turno, debe convertirse en política de estado con el apoyo constante de los docentes quienes saben más que nadie la realidad educativa en la que se encuentran. Pero porque evaluar al profesor después que ya ha estado utilizando sus competencias en el aula de clases, por ello es necesario realizar una evaluación constante, mientras dure la formación del docente o implementar reformas que ayuden a concientizar al profesorado de la necesidad de desarrollar todo su potencial en la adquisición de nuevos aprendizajes, la utilización de nuevas herramientas, la intervención pedagógica con nuevos enfoques que apunten al desarrollo personal de sus alumnos y que en conjunto puedan encontrar la forma más representativa de evaluación. Hoy en día se ha tomado conciencia de la importancia de la creación de sistemas evaluativos a nivel de docencia, pero existen dudas de si estos ayudan en la mejora educativa, en cuanto a que se han detectado grandes vacios en la formación académica, hoy cabe preguntarse finalmente si los contenidos de estas pruebas son los pertinentes a la realidad sociocultural o si se debiesen modificar por la misma razón. Práctica docente, nuevas investigaciones, el compartir las experiencias educativas, transformar la relación profesor alumno son tareas que se deben realizar y concretizar como un anhelo de mejora y perfeccionamiento continuo.
Conclusiones:
La función pedagógica de la evaluación ha contribuido en el desarrollo, perfeccionamiento y fortalecimiento del desempeño docente en el aula, a pesar de que desde un comienzo fue percibida como una amenaza, hoy en día es elemental e indispensable la evaluación de competencias docentes para la activación de políticas educacionales acordes a la realidad educativa de cada uno de los rincones en donde se imparta la docencia, hoy se debe reflexionar sobre cómo intervenir y fortalecer las debilidades detectadas y mejorar las capacidades tanto del docente como del alumno quien recibe los contenidos del currículum. Las políticas educativas deben apuntar hacia la intervención pedagógica con la participación de todos sus actores, con el objetivo de determinar que parámetros serán ajustados o creados, los cuáles deben estar en constante desarrollo y perfeccionamiento, se debe apuntar hacia la creación de herramientas evaluativas perdurables y perfeccionables en el tiempo, creando así una cultura educativa acorde a los cambios pedagógicos del currículum. El campo de la evaluación no ha tenido grandes cambios es por ello que se necesita un giro hacia la investigación del cómo y el cuándo intervenir, además de políticas educativas de largo alcance que puedan ayudar a resolver esta encrucijada, pero que necesariamente sean orientadas y asumidas y resueltas por los docentes, por las direcciones educativas correspondientes, haciendo que esta tarea tome una perspectiva más amplia y más inclusiva y que se exploren en definitiva nuevas formas de aprender y enseñar, utilizando la experiencia como el pilar fundamental de este paradigma educativo.
Bibliografía
• Borràs, Lluís (2001). Manual del educador: Recursos y técnicas para la formación en el siglo XXI. Barcelona: Parramón.
• Hevia, Renato (ed.) (2003). La Educación en Chile, Hoy. Santiago: Universidad Diego Portales.
• Núñez Vega, Claudio, Rojas Osorio, Vladimir (2003). La evaluación en un enfoque centrado en competencias. Revista Pensamiento Educativo, 33, 63-85.
• Román Pérez, Martiniano, Díez López, Eloísa (2005). Diseños Curriculares de Aula: en el marco de la sociedad del conocimiento. Madrid: Eos.
• Rojas D., Eliana (2003). Evaluación Docente, desarrollo Profesional, Mejoramiento de la escuela y el aprendizaje de los estudiantes: Enfocándose en lo más importante. Revista Pensamiento Educativo, 33, 252-277.
• Sandín Esteban, María Paz (2003). Investigación Cualitativa en Educación: Fundamentos y tradiciones. Madrid: Mc Graw -Hill.
• Santos Guerra, M.A (2006). Evaluación Educativa 1: un proceso de diálogo, comprensión y mejora. Buenos Aires: Magisterio del Rio de la Plata.
• Vaillant, Denise (2005). Formación de docentes en América Latina: Re-inventando el modelo tradicional. Barcelona: Octaedro.
Este artículo examina como la evaluación se ha convertido en una herramienta para el desarrollo curricular en el aula, apareciendo con ello nuevos enfoques y metodologías de la investigación, lo que ha permitido la interacción apropiada con el medio en que se desarrolla el proceso enseñanza aprendizaje, se necesitan para ello modelos o paradigmas que ayuden al proceso educativo, un giro hacia el objeto por así decirlo de la evaluación, aplicando diversas herramientas para medir y evaluar constantemente los aprendizajes, es así que con la creación de un marco educativo se han reformulado las prácticas docentes, otorgando al perfeccionamiento continuo una importancia vital para la mejora de la calidad educativa por medio de criterios que nacen de la experiencia, la reflexión y la cooperación mutua, permitiendo finalmente la creación de políticas educativas que trasciendan en el tiempo, convirtiéndose en políticas de estado repercutiendo así en las personas, las instituciones y la sociedad.
Palabras Claves: evaluación, docentes, calidad educativa, competencias docentes, políticas educativas
Abstract
This article examines how the assessment (evaluation) has become a tool for curriculum development in the classroom, appearing with this, new approaches and research methodologies, this has allowed the appropriate interaction with the environment in which the Teach–Learning process develops, is necessary for this, models or paradigms that assist the educational process, a turn toward the object of evaluation so to speak, using various tools to measure and constantly evaluate learning, so with the creation of an educational framework have been reformulated the teachers practices, giving to the continuous perfecting a vital importance to improve educational quality through criteria that are born of experience, reflection and mutual cooperation, finally allowing the creation of educational policies that transcend time, becoming state policies, impacting on individuals, institutions and society.
Key words: assessment, teachers, educational quality, teaching skills, educational policies
Introducción
La evaluación se ha convertido en el principal elemento de la creación del conocimiento, los actores educativos tienen mucho que decir al respecto, en donde la evaluación interna y externa juegan un papel esencial para la mejora de los procesos y la calidad educativa, el sentido de la evaluación debe guiarse y ser parte de la discusión pública, así también la orientación de los procesos de evaluación deben construirse e idearse en base a la experiencia y a la mejora continua de éstos, se debe contar con el respaldo institucional expresado en el profesionalismo y preparación de las personas que la realizan. La enseñanza está al servicio de la educación, en donde el individuo debe por medio del autoaprendizaje y la autoevaluación adquirir una nueva dimensión, lo que implica transformaciones pedagógicas e intereses formativos, la evaluación se ha convertido así en un elemento clave en la calidad de los aprendizajes. Por tanto debe existir una coherencia entre los objetivos del aprendizaje y de la evaluación, este enfoque asegura el desarrollo de competencias acordes al perfil del egresado lo que supone la adquisición de conocimientos, habilidades y actitudes, que se enmarcan en un nuevo concepto de enseñanza-aprendizaje en donde el alumno debe ser activo y creativo a la vez en la resolución de problemas reales. La evaluación en la formación del profesorado, debe tomar un rumbo diferente, en que la innovación, los cambios en los procesos y los sistemas de evaluación se reformulen conceptualmente. Es así como siempre ha existido una confusión e identificación entre los conceptos evaluación y calificación, la evaluación debe ser continua y formativa conociendo los efectos de la intervención educativa en el alumnado, en donde la mayor influencia en los futuros maestros es la forma en que se trabaja con ellos y no los contenidos que se les imparte, hoy la evaluación compartida y la calificación dialogada convierte al alumno en el actor principal del proceso de evaluación, las interrogantes ante este panorama deben complementar el cambio educativo necesario hacia las mejoras que se requieren, es por ello que la evaluación del desempeño docente en una herramienta indispensable para el control y desarrollo de los procesos educativos, lo que ha permitido reorientar la enseñanza en el aula y mejorar la calidad educativa, no se debe ver como una amenaza, sino como una oportunidad hacia el perfeccionamiento de la gestión docente generando buenas prácticas, propiciando instancias para el desarrollo del conocimiento, el diálogo constante y un control del proceso de aprendizaje acorde a la realidad en que se esta inserto.
La evaluación como Paradigma Educativo
Al referirnos cuando utilizamos el término evaluación generalmente es para darle un valor o atribución a algo, la evaluación siempre se presenta en todas las acciones que realizamos, vivimos evaluando al otro y a nosotros mismos, “pero en el lenguaje más académico o escolar evaluar consiste en poner calificaciones a los alumnos y aplicar pruebas de evaluación para obtener información que luego pueda ser evaluada” (Román Pérez, Martiniano 2004). La Evaluación por lo tanto, se ha convertido en una herramienta para el desarrollo curricular en el aula, en donde existen dos grandes visiones en cuanto a lo cualitativo y cuantitativo, dos paradigmas que cruzan lo conductivo y lo cognitivo contextual influyendo en los elementos del currículum, en razón de observar, medir y cuantificar. Cuando hablamos de paradigma en el ámbito educativo se han identificado dos grandes tendencias hacia la investigación, esta la empírico-analítica, positivista por un lado, y hermenéutica e interpretativa, existiendo además una clasificación más simple y tradicionalmente se ha presentado como una versión de dos paradigmas contrapuestos. Otras expresiones para referirse a ellos son:
P A R A D I G M A S
Prevaleciente
Clásico
Racionalista
Cuantitativo
Emergente
Alternativo
Naturalista
Constructivista
Interpretativo
Cualitativo
Sin embargo, en las últimas décadas, bajo la denominación genérica de “paradigma crítico o socio critico”, ha ido agrupándose una familia de enfoques y metodologías de investigación que amplían las perspectivas más arriba señaladas. (Sandín, María Paz, 2003).
Para Buendía (1997) en el ámbito educativo, y social en general, existe un cierto acuerdo en identificar tres paradigmas en la investigación
• La perspectiva empírico-analística, de base positivista-racionalista (paradigma positivista/pospositivista)
• La humanístico-interpretativa, de base naturalista-fenomenológica (paradigma interpretativo), y
• La crítica, basada en la tradición filosófica de la teoría crítica (paradigma socio-crítico)
Esta identificación permite a quien investiga o trabaja en esta área tener criterios de evaluación claros, para así interactuar de una manera adecuada con el ambiente en que se desarrolla el proceso de enseñanza aprendizaje y utilizar las técnicas o las herramientas adecuadas que ayuden en el mejoramiento y la calidad de la educación impartida, generando nuevos productos de evaluación, en sí otras formas de evaluar, tomando cada uno de estos componentes de acuerdo a la visión que se le quiera dar, se debe evaluar en forma amplia, ya sea, lo curricular con sus contenidos, procedimientos, competencias y capacidades y así también las técnicas que se van a desarrollar y como estas finalmente ayudan en los procesos de aprendizaje.
Por lo anteriormente expuesto podemos decir, que se necesitan modelos o paradigmas que ayuden al proceso educativo. Así Pérez Gómez (1983) considera tres modelos principales en el marco del paradigma experimental (análisis de sistemas, objetivos del comportamiento y toma de decisiones) y otros cuatro dentro del paradigma cualitativo (crítica artística, evaluación respondiente, evaluación iluminativa y estudio de casos). Estas definiciones no serán sino producto del trabajo realizado y de los objetivos planteados.
Cronbach (1963) “define la evaluación como un proceso mediante el cual se recoge y usa información con objeto de tomar decisiones acerca de un programa de enseñanza-aprendizaje”.
En esta definición se incluyen dos elementos fundamentales:
• Recogida de la información basada en criterios realistas y no en simples impresiones.
• Toma de decisiones a partir de la recogida de la información, referidas a objetivos, programas y métodos de enseñanza.
Gimeno (1992) define la evaluación del modo siguiente: “Evaluar hace referencia a cualquier proceso por medio del que alguna o varias características de un alumno, de un grupo de alumnos, de un ambiente educativo, de objetivos educativos, de materiales, profesores, programas, etc., reciben la atención del que evalúa, se analizan y se valoran sus características y condiciones en función de unos criterios o puntos de referencia, para emitir un juicio que sea relevante para la educación”.
Refiriéndonos a lo anterior, Stufflebeam y Shinkfield (1987) consideran que para definir evaluación deben tenerse en cuenta cuestiones previas:
• ¿Qué valores deben ser mencionados al juzgar resultados?
• ¿Qué criterios deben ser adoptados y cuáles deben tener preferencia?
• ¿La evaluación debe ser comparativa o no?
• ¿La evaluación debe estar capacitada para guiar el desarrollo, responsabilizar a los profesionales, ordenar las opciones o promover nuevas instituciones acerca de los fenómenos implicados?
La evaluación por lo anteriormente expuesto necesita entonces, un cambio de perspectiva, un giro hacia el objeto por así decirlo de la evaluación y es así como surgen preguntas inherentes en el área educacional tales como: para que evaluar finalmente, en que están las instituciones educativas, como están preparando a nuestros profesores, que herramientas evaluativas entregan, que visión o cuál de ellas es la más idónea y adecuada en la entrega de competencias y o conocimientos para que los futuros docentes puedan desempeñarse en una sociedad en constantes cambios. Por lo tanto, “Importa mucho la concepción que de la evaluación se tenga. De ella dependerá, obviamente, la evaluación que se haga.”(Santos Guerra, 2006).
“Es a partir de la segunda mitad de los noventa que la mayoría de las naciones latinoamericanas, frecuentemente con apoyo de organismos internacionales, se decide a aplicar diversas herramientas para medir y evaluar sistemáticamente los aprendizajes, con el objetivo de proveer información al sistema educativo y a la sociedad.” (Vaillant, 2005). En Chile el año 2001 se realizo un primer seminario internacional, donde participaron expertos del ámbito educativo de diferentes países: Inglaterra, Estados Unidos, Australia y otros, que dieron a conocer su visión y experiencias de la evaluación docente, ese fue el primer paso para la construcción de un marco educativo que luego fue consultado a un número considerable de profesores en dos oportunidades. “En ambas consultas participaron 6.696 grupos de profesores quienes compartieron los contenidos fundamentales del documento, proponiendo más que nada precisiones de algunos conceptos.” (Beca, Carlos 2003), esta consulta y la creación de un marco para la buena enseñanza tenía como objetivos dar lo lineamientos y criterios hacia la formulación de prácticas y el perfeccionamiento continuo de los docentes, además de las asesorías y la supervisión de éstos. Tarea no menos importante para los docentes, ya que debe ser percibida como una oportunidad más y no como una amenaza, esta para House (1994) “debe ser vista como un fenómeno moral porque tiene repercusiones importantes para las personas, para las instituciones y para la sociedad. En la evaluación hay poder (que debe ponerse al servicio de las personas) y debe haber ética”. La evaluación, además de ser un proceso técnico es un fenómeno moral. Importa mucho saber a qué valores sirve y a qué personas beneficia. (Santos Guerra, Miguel Ángel, 2003). Algunos autores expresan que esta tendencia a evaluar tanto los sistemas educativos como el quehacer profesional del profesor, dentro de un enfoque social, ha permitido que la evaluación sea considerada y trabajada como un método científico, incorporando el concepto de calidad a este ámbito y de acuerdo con Scheerens, Glass y Thomas (2005), el propósito fundamental de la evaluación del sistema educativo es la determinación empírica de la calidad de éste. Las funciones principales de la evaluación son:
1) la certificación y acreditación
2) la rendición de cuentas
3) el aprendizaje de la organización.
Tanto la certificación como la acreditación deben estar acordes a la normalización y a estándares preestablecidos y conocidos por toda la comunidad educativa, lo que dará como resultado una rendición de cuentas transparentes, permitiendo a la sociedad ver qué ventajas comparativas tienen, ya sea el tipo de docente que ha sido evaluado y la institución a la cual pertenece, en lo que respecta al aprendizaje de la organización debe referirse a si este proceso ha ayudado en la mejora de la gestión educativa y como éste permite la toma de decisiones hacia el perfeccionamiento docente y el impacto en la transmisión de nuevos conocimientos y el tipo de aprendizaje que se desea impartir.
Se trata entonces, de que cada sistema educativo tenga claro que el objetivo de la evaluación docente no es solo colocar una nota o castigar a quienes no cumplen con los objetivos mínimos del sistema de evaluación a que han sido sometidos, sino que tienen un fin en sí, el cual es “Mejorar la calidad educativa por medio del fortalecimiento de las estrategias de aprendizaje”, además del perfeccionamiento continuo que deben tener los docentes. “El concepto de evaluación sobre la base de “ aprendizaje continuo y permanente” es visto como la clave para el desarrollo y mejoramiento de las capacidades de los profesores” (Rojas, Eliana 2003) en donde las direcciones de sus establecimientos deben liderar la gestión educativa para el cumplimiento de metas que afecten positivamente al docente y que se irradie ese nuevo conocimiento o perspectiva hacia los beneficiarios últimos, pero no menos importantes como son los alumnos, creando una comunidad en constante transformación y readecuación de sus procesos de enseñanza, utilizando la inclusividad al servicio de la comunidad en donde se esté inserto.
Cada sistema de evaluación debe abrir nuevas puertas, nuevos espacios de participación e instalar criterios evaluativos que nazcan de la experiencia, la reflexión y la cooperación de quienes serán evaluados, esto permitirá que se haga menos estresante y más participativo el proceso evaluativo haciéndolo suyo finalmente. El Gobierno de turno debe orientar al ministerio de educación en las bases o pilares para la implementación de mecanismos que fortalezcan, que delineen el trabajo técnico y formativo y que apoye en la convergencia hacia la utilización de instrumentos acordes a lo que se necesita y requiere evaluar, dando a conocer los resultados de la forma más idónea posible, para que se puedan tomar las decisiones correctas hacia la mejora educativa, esto se logrará actualizando los mecanismos evaluativos año a año por la vertiginosidad de los cambios, de la investigación que va surgiendo, ya que los niños y jóvenes tienen a su disposición una avalancha de tecnología, de información, que debe ser revisada, catalogada y seleccionada para su entrega, orientada al currículum o a las realidades en donde se ejerza la profesión docente. Es indispensable compartir las experiencias, divulgar las nuevas orientaciones que han tenido éxito en cada rincón del mundo educativo tan heterogéneo por su geografía tanto física como humana. Quiénes deben tomar las decisiones y dar las instancias inherentes para la modificación y reformulación de políticas educativas deben considerar los diferentes agentes y actores del medio educativo, como se señalaba anteriormente son aquellos que mediante su experiencia puedan aportar los criterios que se aborden en el análisis de las competencias que debe tener un profesional de la educación.
Mucho se ha hablado de las reformas educativas y como estas aportan a perfeccionar los modelos pedagógicos, los currículum, la enseñanza aprendizaje, para ello es indispensable orientar los esfuerzos a la creación e innovación en conjunto con los otros países de Latinoamérica de instancias evaluativas, ya que es necesario tener una identidad propia, aún cuando las experiencias extranjeros han aportado en su conjunto, pero las idiosincrasias propias de cada país deben ser abordadas en su conjunto, para ello tanto las autoridades del ramo y los docentes mediante la representación de sus agrupaciones profesionales deben crear un sistema evaluativo representativo de la realidad social y política de cada país que aporte a la calidad educativa, independiente de los resultados que serán el inicio y la oportunidad de mejora en aquellas falencias que se puedan develar, transformándose en una política que trascienda el gobierno de turno, debe convertirse en política de estado con el apoyo constante de los docentes quienes saben más que nadie la realidad educativa en la que se encuentran. Pero porque evaluar al profesor después que ya ha estado utilizando sus competencias en el aula de clases, por ello es necesario realizar una evaluación constante, mientras dure la formación del docente o implementar reformas que ayuden a concientizar al profesorado de la necesidad de desarrollar todo su potencial en la adquisición de nuevos aprendizajes, la utilización de nuevas herramientas, la intervención pedagógica con nuevos enfoques que apunten al desarrollo personal de sus alumnos y que en conjunto puedan encontrar la forma más representativa de evaluación. Hoy en día se ha tomado conciencia de la importancia de la creación de sistemas evaluativos a nivel de docencia, pero existen dudas de si estos ayudan en la mejora educativa, en cuanto a que se han detectado grandes vacios en la formación académica, hoy cabe preguntarse finalmente si los contenidos de estas pruebas son los pertinentes a la realidad sociocultural o si se debiesen modificar por la misma razón. Práctica docente, nuevas investigaciones, el compartir las experiencias educativas, transformar la relación profesor alumno son tareas que se deben realizar y concretizar como un anhelo de mejora y perfeccionamiento continuo.
Conclusiones:
La función pedagógica de la evaluación ha contribuido en el desarrollo, perfeccionamiento y fortalecimiento del desempeño docente en el aula, a pesar de que desde un comienzo fue percibida como una amenaza, hoy en día es elemental e indispensable la evaluación de competencias docentes para la activación de políticas educacionales acordes a la realidad educativa de cada uno de los rincones en donde se imparta la docencia, hoy se debe reflexionar sobre cómo intervenir y fortalecer las debilidades detectadas y mejorar las capacidades tanto del docente como del alumno quien recibe los contenidos del currículum. Las políticas educativas deben apuntar hacia la intervención pedagógica con la participación de todos sus actores, con el objetivo de determinar que parámetros serán ajustados o creados, los cuáles deben estar en constante desarrollo y perfeccionamiento, se debe apuntar hacia la creación de herramientas evaluativas perdurables y perfeccionables en el tiempo, creando así una cultura educativa acorde a los cambios pedagógicos del currículum. El campo de la evaluación no ha tenido grandes cambios es por ello que se necesita un giro hacia la investigación del cómo y el cuándo intervenir, además de políticas educativas de largo alcance que puedan ayudar a resolver esta encrucijada, pero que necesariamente sean orientadas y asumidas y resueltas por los docentes, por las direcciones educativas correspondientes, haciendo que esta tarea tome una perspectiva más amplia y más inclusiva y que se exploren en definitiva nuevas formas de aprender y enseñar, utilizando la experiencia como el pilar fundamental de este paradigma educativo.
Bibliografía
• Borràs, Lluís (2001). Manual del educador: Recursos y técnicas para la formación en el siglo XXI. Barcelona: Parramón.
• Hevia, Renato (ed.) (2003). La Educación en Chile, Hoy. Santiago: Universidad Diego Portales.
• Núñez Vega, Claudio, Rojas Osorio, Vladimir (2003). La evaluación en un enfoque centrado en competencias. Revista Pensamiento Educativo, 33, 63-85.
• Román Pérez, Martiniano, Díez López, Eloísa (2005). Diseños Curriculares de Aula: en el marco de la sociedad del conocimiento. Madrid: Eos.
• Rojas D., Eliana (2003). Evaluación Docente, desarrollo Profesional, Mejoramiento de la escuela y el aprendizaje de los estudiantes: Enfocándose en lo más importante. Revista Pensamiento Educativo, 33, 252-277.
• Sandín Esteban, María Paz (2003). Investigación Cualitativa en Educación: Fundamentos y tradiciones. Madrid: Mc Graw -Hill.
• Santos Guerra, M.A (2006). Evaluación Educativa 1: un proceso de diálogo, comprensión y mejora. Buenos Aires: Magisterio del Rio de la Plata.
• Vaillant, Denise (2005). Formación de docentes en América Latina: Re-inventando el modelo tradicional. Barcelona: Octaedro.
Las Dimensiones de la evaluación educativa en el proceso de calidad y docencia
RESUMEN: La evaluación se ha convertido en el principal elemento de la creación del conocimiento, los actores educativos tienen mucho que decir al respecto, en donde la evaluación interna y externa juegan un papel esencial para la mejora de los procesos y la calidad educativa, el sentido de la evaluación debe guiarse y ser parte de la discusión pública, así también la orientación de los procesos de evaluación deben construirse e idearse en base a la experiencia y a la mejora continua de éstos, la evaluación debe contar con el respaldo institucional expresado en el profesionalismo y preparación de las personas que la realizan.
La enseñanza está al servicio de la educación, en donde el individuo debe por medio del autoaprendizaje adquirir una nueva dimensión, lo que implica transformaciones pedagógicas e intereses formativos. Hoy el mercado ya no ve a los alumnos como tales, sino a estos como clientes, en donde los procesos industriales a través del tiempo influyen enormemente en las diferentes ópticas o visiones que se tienen de la evaluación.
La evaluación docente no se puede ver como una amenaza, sino como una oportunidad para el desarrollo profesional y mejora en los centros educativos, ya sea la autoevaluación o la evaluación externa deben tener en claro los objetivos y las metas a alcanzar, lo que finalmente ayudara al crecimiento de una sociedad en movimiento y rápidos cambios.
PALABRAS CLAVE: evaluación educativa, metodología de la evaluación, evaluación docente, calidad de la educación.
La enseñanza está al servicio de la educación, en donde el individuo debe por medio del autoaprendizaje adquirir una nueva dimensión, lo que implica transformaciones pedagógicas e intereses formativos. Hoy el mercado ya no ve a los alumnos como tales, sino a estos como clientes, en donde los procesos industriales a través del tiempo influyen enormemente en las diferentes ópticas o visiones que se tienen de la evaluación.
La evaluación docente no se puede ver como una amenaza, sino como una oportunidad para el desarrollo profesional y mejora en los centros educativos, ya sea la autoevaluación o la evaluación externa deben tener en claro los objetivos y las metas a alcanzar, lo que finalmente ayudara al crecimiento de una sociedad en movimiento y rápidos cambios.
PALABRAS CLAVE: evaluación educativa, metodología de la evaluación, evaluación docente, calidad de la educación.
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